Breves / MAGNET Magazine 03
Las familias españolas gastan más en fruta y verdura por comodidad, salud y placer
La empresa investigadora de mercados Nielsen informó recientemente que los españoles gastamos ahora en frutas y hortalizas un 7,3% más que hace un año. El crecimiento de este mercado (que no puede ser en volumen porque nuestro país tiene su población estancada), se debe en una pequeña medida a la inflación, pero se produce, sobre todo, porque los consumidores optan por productos de mayor valor añadido.
La familia media está gastando un poco más siempre que se le ofrezcan tres elementos con la comida: la conveniencia (productos de consumo cómodo, inmediato, fácil), la salud y el placer. Las subidas más fuertes se dan en las frutas, especialmente los frutos del bosque (más del 25%), mangos, chirimoya y cerezas (20%) y kiwi y aguacate (17%).


La FAO quiere que en las ciudades se consuma más comida fresca
El pasado mes de julio se inauguró el Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana Sostenible, una entidad promovida por la FAO (la agencia de la ONU encargada de la alimentación y la agricultura) y por el Ayuntamiento de Valencia que quiere promover sistemas alimentarios más sanos para las personas y más sostenibles para el planeta.
El CEMAS pone su mirada en las ciudades —en 2050 en ellas se consumirá el 80% de los alimentos producidos— y en un hecho importante: a escala global, hoy es más preocupante la obesidad que el hambre. De modo que desde este organismo se intercambiarán conocimientos para que las urbes ofrezcan a sus habitantes más productos frescos, nutritivos y diversos y limiten el uso de ultraprocesados.
La carrera en busca del envase biodegradable definitivo está en marcha
El rechazo hacia los materiales plásticos para presentar y vender alimentos frescos es cada vez más importante por parte de los consumidores. Pero su sustitución por un envase biodegradable que se considere definitivo no termina de contemplarse de forma clara.
Por el momento, los productores de envases de madera defienden el valor de sus propuestas para el mundo hortofrutícola; después de todo, sus cajas proceden de bosques controlados que absorben CO2. También se ha propuesto un spray de origen natural que crea una película protectora en frutas y verduras desde el Centro de Investigación de Montaña del Instituto Politécnico de Bragança (Portugal). Y lo último, propuesto por la innovadora empresa zaragozana Feltwood, es un material procedente de residuos vegetales y que se puede transformar, mediante moldeado, en embalaje ligero. La carrera, pues, está en marcha. Y todo el mercado está atento.
